Desde que nos levantamos hasta que nos dormimos, incluso durante estas dos actividades básicas, la experiencia de usuario está presente en todo. Para muchos esto es algo más que obvio, pero para otros como yo, que solía ignorarlo, esto se pasa totalmente desapercibido. Si nos detenemos un poco y empezamos a fijarnos en el uso de absolutamente todo, podemos descubrir que, inevitablemente, estamos ejecutando flujos de usuario en los cuales debemos interactuar con personas y objetos que van a ser elementos y caminos que nos llevarán a experimentar diferentes emociones y estados de ánimo.

Piensa en que no se trata solamente de ir de un punto A a un punto B, o de hacer todo lo posible para cumplir un objetivo en concreto. Se trata de tener en cuenta todos esos factores y elementos que se requieren para cumplir tal fin. Desde el primer momento en el que, personalmente, tomé consciencia de esto, no pasa ni un día en el que estoy detallando todas y cada una de las cosas del mundo exterior con las que interactúo. En pocas palabras, ahora soy más consciente de todo lo que me rodea; los resultados que se generan al ejecutar esta u otra acción, cómo se podría mejorar esto o aquello y así, un sin fin de observaciones.

Descubriendo el fuego

Hace más de un millón de años, un grupo de humanos, lo suficientemente evolucionados, descubren que un rayo al caer sobre un árbol, inicia un fenómeno particular que hace que los animales huyan de ese lugar. Significaba un evento tan terrorífico y peligroso, que incluso los mismos humanos seguían ese instinto de supervivencia y hacían lo mismo: huir.

Luego, uno de esos humanos toma una vara de madera encendida y se da cuenta que si la toma del lado correcto, no se causa ningún daño y, por el contrario, le provee calor y que a su vez, puede ser usado como herramienta para ahuyentar a los depredadores. Así sucesivamente, se va descubriendo que eso llamado “fuego”, parece ser más útil de lo que se pensaba y que también puede ayudar a obtener otros beneficios como, por ejemplo, cocer sus alimentos para sacar todo el potencial energético.

Solo con esa experiencia de usuario del descubrimiento y aplicación del fuego, se pudo evidenciar que se cumplen varias reglas de la heurística, propuestas por Nielsen, que son por ejemplo:

  1. Tener el control y la libertad sobre algo, en este caso los primitivos se dieron cuenta que la primera reacción ante el fuego no era siempre la de huir, sino que, al descubrir que el fuego podía ser “domesticado”, se podían obtener otros beneficios.
  2. Aprender sobre la consistencia y establecer estándares, ya que poco a poco se fueron definiendo esos usos del fuego y que, el enseñar a otros a poder dominar también este fenómeno, era una parte fundamental en la transmisión del conocimiento con base en la experiencia.
  3. Se requirieron varios miles de años en poder perfeccionar las diferentes técnicas tanto de creación como de utilización del fuego mismo, esto llevó a que siempre se debe pensar en prevenir los errores para no incurrir en catástrofes que pusieran la vida en peligro.
  4. Ya con el uso perfeccionado del fuego para las labores de cocinar o ahuyentar animales peligrosos, entre otros, se fue descubriendo que el fuego podía servir también como un medio de comunicación. La regla de reconocer en lugar de recordar, aplica en este sentido, cuando entre grupos o tribus empezaron a usar el remanente del fuego, como lo es el humo, para indicar que posiblemente otro grupo de humanos estaba cerca, o para usarse en caso de necesitar ayuda.

La experiencia de usuario hoy en día

Con la industrialización y posterior automatización tanto de los productos y servicios que consumimos, es imposible pensar que nada o muy poco conlleva a una experiencia de usuario, o peor, que la experiencia de usuario está solamente aplicada a los sistemas de software. Esto es un grave error, y como diseñadores o emprendedores, tenemos que entender que nuestras creaciones dirigidas al consumo o al uso, deben ser concebidas con el usuario en el centro (User centered design).

Te invito a que tú también empieces a preguntarte más seguido, sobre qué tan óptima es tu experiencia haciendo cosas de tu vida diaria y explora tu lado creativo, proponiendo diferentes alternativas o soluciones para mejorar esas interacciones. Recordemos que las cosas son hechas para que nosotros las usemos, y somos, como usuarios, los actores principales en donde la atención debe estar en primer lugar.

Deja en los comentarios, si tú en tu día a día, estás observando el detalle en tus interacciones y qué ideas, locas o no tan locas, se te han ocurrido para mejorar dichas experiencias.

Imagen de portada: Foto de Clay Banks en Unsplash