Con el enfoque equivocado, tomamos salidas fáciles y llenamos nuestros flujos de usuario con cuadros de diálogo tipo “¿Estás seguro de…?” o avisos de advertencia que, entre otras cosas, lo que causan en nuestros usuarios es un sentimiento de estrés, porque dejamos sobre ellos la responsabilidad de llegar a causar un gran estrago en el sistema.

Es cuando recurrimos al uso de cuadros de diálogo de tipo ¿Estás seguro de…?, los cuales provocan emociones negativas y ponen mucho estrés sobre el usuario. Casi que se siente que ya no habrá marcha atrás, una vez la decisión es tomada.

El uso de cuadros de diálogo tipo ¿Estás seguro de...? provocan emociones negativas y ponen mucho estrés en el usuario
Meme de Two Buttons

Reconocer los puntos críticos

A la hora de pensar un nuevo módulo o funcionalidad, es necesario reconocer los puntos críticos y sensibles en el flujo de usuario. Con esto analizado, podemos empezar a proponer formas de:

  1. Evitar que el usuario accione alguno de estos puntos críticos por equivocación.
  2. Si se llegara a accionar un proceso crítico, pensar en cómo se puede revertir dicha acción.

Para tareas obvias, las cuales el usuario ya ha tomado una decisión previamente, no es necesario interrumpir el flujo y adicionar un clic más a dicha interacción. Por ejemplo, no es necesario preguntar dos veces si el usuario quiere imprimir un documento. O también, ¿Por qué debemos preguntar si realmente se desea cerrar la sesión? Todas estas acciones, además de innecesarias, son irrespetuosas con el esfuerzo físico y mental del usuario.

Este tipo de advertencias ¿Estás seguro de...? son innecesarias. En el ejemplo, no es necesario preguntar si desea cerrar la sesión
No es necesario volver a confirmar las acciones obvias

Los únicos escenarios en los que vale la pena preguntarle al usuario si realmente desea continuar con una acción específica, son:

  1. Cuando se podría perder una cantidad grande de datos.
  2. Los datos no pueden ser recuperados o reconstruidos.

Estos escenarios rara vez pueden pasar (o no deberían pasar en lo absoluto si el diseño de nuestro software está pensado para que esto no ocurra). En el libro Designing from both sides of the screen de Ellen Isaacs y Alan Walendowski, pone textualmente: “Imagina si cada vez que usas la tecla de borrado se te preguntara si ‘¿Realmente quieres eliminar un caracter?’. No es necesario preguntar esto, porque incluso si pulsaras esa tecla por error, lo máximo que vas a perder es un solo caracter y es más fácil volverlo a escribir.”

Evita el uso de pop-ups ¿Estás seguro de…?

Una forma buena de evitar mostrar estos mensajes de “¿Estás seguro de?”, es implementando características de recuperado. Un ejemplo claro de esto es la capacidad que tienen muchos softwares de ir guardando los cambios en un formulario o documento a medida que el usuario va completándolos. Con eso, si el usuario quiere salir del aplicativo sin haber hecho un solo clic en el botón guardar, tendremos la tranquilidad de mantener el estado y los datos de la aplicación tal como se habían dejado en la última sesión.

Muchos programas como Microsoft Office, han implementado la opción de Autoguardado, la cual evita que el usuario pierda los cambios y se puedan excluir mensajes de tipo "Estás seguro de" si el usuario cierra la ventana por error.
Muchos programas como Microsoft Office, han implementado la opción de Autoguardado, la cual evita que el usuario pierda los cambios y se puedan excluir mensajes de tipo “Estás seguro de” si el usuario cierra la ventana por error.

Hacer un esfuerzo por implementar características de recuperación, puede que nos cueste más a nosotros los diseñadores y desarrolladores, pero nuestros usuarios estarán agradecidos al saber que nuestro software es resiliente y que rara vez vamos a poner la responsabilidad sobre ellos cuando un evento crítico ocurra.

¿Qué otros ejemplos conoces sobre el buen o mal uso de los cuadros de diálogo de “¿Estás seguro de…?” Escribe tu comentario.

Imagen de portada: Foto de Vladislav Babienko en Unsplash